Las afirmaciones del príncipe Harry fueron parte de una charla de 90 minutos con el presentador de ITV y su viejo amigo Tom Bradby. Si bien acusó a su familia de "getting in bed with the devil", también hizo una aclaración de que no eran racistas, aunque sí los cree culpables, y hasta él mismo en el pasado, de un "sesgo inconsciente".
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También quiso mostrar su apoyo a la ex dama de honor de la reina Isabel II, lady Susan Hussey, quien se vio envuelta en una polémica el mes pasado de racismo; el duque de Sussex consideró que "nunca tuvo la intención de hacer daño". La entrevista no fue pagada e intercaló las preguntas del periodista con clips en audio de Spare.

Entre las principales acusaciones que realizó se encuentran la "horrible" actitud que tuvieron los Windsor con él después de la muerte de la reina Isabel II y de que tampoco tienen "ninguna voluntad de reconciliación". Además, insistió en que ciertos miembros de la realeza dañaron su reputación como pareja.
Otra de sus afirmaciones fue que luego del altercado físico que tuvo con su hermano, el príncipe William, él no quiso regresar el golpe, ya que había buscado terapia, aunque dejó en claro que el "código sagrado" entre ellos se quebró al no sentir nada cuando el príncipe de Gales le dijo: "te juro por la muerte de mi mamá que quiero que seas feliz".
