Todo iba bien, su anillo de compromiso inspirado en el anillo de la reina, una sesión de fotos espectacular que dio la vuelta al mundo y una gran expectativa por su boda real parecían ser el marco perfecto de una felicidad que hoy se ha visto truncada.
La relación de su padre, el príncipe Andrés, con Jeffrey Epstein y su participación, como cliente de acusado de tráfico sexual de menores ha desatado un escándalo mayúsculo en el Reino Unido que parece que el príncipe la va a tener muy difícil para salir bien librado. Ya renunció a toda actividad oficial pero bien podría costarle su título real y el desprestigio público que ya se ha comenzado a sentir.