El hombre no identificado supuestamente la convenció de que regresara a su hotel y él la llamaría un taxi a casa.
"Subí a la habitación del hotel y él desapareció por un rato", contó Brooke, quien notó que él tenía un par de binoculares que ella recogió y estaba mirando a los jugadores de voleibol por la ventana cuando regresó desnudo a la habitación.
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"Dejé los binoculares y él estaba justo sobre mí. Al igual que en la lucha libre", explicó Shields, que no peleó contra él por una poderosa razón: "Tenía miedo de que me ahogara o algo así".
La protagonista de La laguna azul detalló: "Entonces, no peleé mucho, no lo hice; me congelé absolutamente. Pensé que un 'No' debería haber sido suficiente, y solo pensé, 'mantente con vida y sal', y simplemente me callé. Dios sabe que sabía cómo desvincularme de mi cuerpo. Yo había practicado eso".

Cuando todo terminó, Brooke, hoy de 57 años, contó que bajó por el ascensor, tomó un taxi y "lloró todo el camino hasta el departamento de mi amigo”. Shields, quien admitió que no procesó que fue violada durante mucho tiempo, dijo que se culpaba a sí misma por el asalto.
"Me dijo: 'Puedo confiar en ti y no puedo confiar en las personas'. Es un cliché, es prácticamente patético", enfatizó la actriz. "Creí de alguna manera que envié un mensaje y así fue como lo recibió. Bebí vino en la cena. Subí a la habitación. Estaba tan confiada".
