Razones por las que el matrimonio de JLo y Ben Affleck puede funcionar… o fallar

Para algunas personas podría parecer que la segunda oportunidad que Jennifer Lopez y Ben Affleck se dieron al volver a salir juntos , unos meses después de que terminara la relación que ella tenía con Alex Rodríguez, y que culminó con las bodas que tuvieron lugar en semanas recientes, es menos un hecho “predestinado” que un empecinamiento de la cantante y actriz de 53 años.

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Y es que pareciera irónico que una estrella de Hollywood que basó en gran medida el éxito de su carrera como protagonista de comedias románticas (Sueño de amor, Mirada de ángel, ¿Bailamos?, Si te casas te mato y, la más reciente de todas, Cásate conmigo), no pudiera tener su propio final feliz con el hombre con quien, de inicio, parecía que sería el gran amor de su vida.

Pero como dijimos al inicio, en la vida real –y sobre todo cuando se trata de dos figuras tan prominentes en la industria del entretenimiento– se requiere algo más que buenas intenciones o una cámara que se aleja de ellos mientras se dan un beso para que la pareja funcione y, sobre todo, perdure. De ahí que consideramos que las razones que pueden hacer que el matrimonio de Jennifer Lopez y Ben Affleck funcione son las mismas que, si no se trabajan, podrían llevarlos al fracaso.

¿Qué necesitan Jennifer Lopez y Ben Affleck para funcionar en su matrimonio?

Ben Affleck necesita espacio , pero también lazos fuertes, mientras que Jennifer Lopez es una mujer de familia pero también una estrella y empresaria con agenda llena . El llegar a acuerdos sobre los periodos en que podrán y querrán vivir juntos como una gran familia y aquéllos en los que por sus proyectos profesionales –o por así solicitarlo– tengan que estar aparte pueden ser beneficiosos para ambos, porque les permitirá desarrollar habilidades para comunicarse y les dará tiempo de extrañarse y buscarse, sin resentir la ausencia del otro como algo no planeado. Lo importante será que logren construir y fortalecer su vínculo para impedir que los periodos en los que no estén juntos abran la puerta al desapego o, peor aún, a los affaires.

Jennifer es visionaria y persistente, mientras que Ben tiende a presentar actitudes adictivas, aunque ha mostrado mejoras en años recientes. El plan a largo plazo que pueda tener JLo (y que seguro lo tiene) sobre lo que espera de su matrimonio con Ben puede darle claridad a él sobre lo que le toca poner de su parte en esta historia. Sin embargo, la falta de espontaneidad y exceso de control sobre cada aspecto de su vida que pudiera imponer la intérprete de El anillo podrían hacer que él se sienta presionado e, incluso, acorralado. Lo ideal sería que se dieran a la tarea de planear en pareja y darse oportunidad de improvisar sobre la marcha.

JLo y Ben: ¿Hasta que la muerte los separe?

Ben Affleck se deja ver como un hombre apacible, mientras que JLo es vivaz y siempre está activa. El equilibrio que puedan lograr entre los momentos de gran movimiento (como las bodas, los viajes y paseos frente a los paparazzi y los arranques de felicidad) por un lado, y las escapadas fuera del radar, los instantes en familia y los periodos en que puedan alejarse de las redes sociales, por otro, serán propicios para complementar sus caracteres y disfrutar los aspectos opuestos pero complementarios que cada uno trae a la relación.

Tanto Ben y JLo se conocen a la perfección, saben sus virtudes y defectos. Después de más de 20 años de establecer su primer vínculo y de verse a la distancia, en las distintas etapas de su vida, y sobre todo después de ver lo rápido que retomaron su relación, habrá pocos sobresaltos con respecto a lo que uno y otro puedan esperar ahora que están casados. De no hacerlo, estarían demostrando inmadurez y falsas expectativas, que siempre son peligrosas para cualquier relación.

Retos que enfrentan Jennifer Lopez y Ben Affleck en su matrimonio

Ambos superan los 50 años y el amor que se tienen ha madurado junto con ellos. Para todo el mundo resultó sorpresivo que Ben y Jennifer decidieron “separarse” unos días después de la intempestiva boda que tuvieron en Las Vegas, pero sólo ellos conocen los términos en los que el amor que se tienen y el momento de sus vidas en el que se encuentran los llevó a tomar la decisión de no compartir siempre el mismo techo. Si funciona para ellos, es lo único que importa. Pero si esta situación complica su vínculo, entonces habría que repensar los términos. De igual manera, el ritmo de los acontecimientos parece haber afectado físicamente a Ben , por lo que de ahora en adelante será necesario tener en consideración aspectos esenciales como la salud y el descanso.

Son padres de familia y vienen de varias relaciones sentimentales previas, incluído su anterior compromiso. Junto con el paso del tiempo y la forma en que éste transformó el sentimiento que los une, también hay que tener en cuenta el que tanto Jennifer Lopez como Ben Affleck han vivido otras relaciones de pareja que han llegado a su fin por distintas circunstancias y, sobre todo, que ambos son padres, lo que los pone en un mismo plano como personas con un desarrollo emocional más amplio y profundo y los aleja de la primera versión de ellos mismos de la que se enamoraron y que originalmente no llegó al altar. El tener claro todo lo que han vivido para llegar a este momento y aceptarlo podrá jugar a su favor. Idealizar su unión sólo por la unión misma los pondría en riesgo de perder esa perspectiva.

El acoso de los medios y el nivel de publicidad que recibió su primer compromiso contribuyeron a que su relación (que fue de las primeras en recibir un apodo, Bennifer) fracasara hace dos décadas pero, al mismo tiempo, fueron una gran lección que debería evitar que se repita la misma experiencia. Ahora tendrán que mostrar con inteligencia que tienen el control de la situación y deberán contar con las herramientas para que, como dijo Jennifer Lopez al reprobar la filtración de un video de su boda, puedan decidir qué parte de su privacidad van a compartir y a través de qué medio hacerlo; pero también que, cuando esto escape de sus manos, sepan que sólo ellos son dueños de su narrativa como pareja.