Estaba planeado que sólo los príncipes de Gales salieran a ver con sus propios ojos los tributos florales que el pueblo británico ha depositado en uno de los principales bastiones de la Casa Real de Windsor para despedirse de su majestad británica Isabel II, pero el duque de Cambridge dio una muestra de apoyo (¿y de tregua?) a su hermano y cuñada.
William le pidió a Harry, que al lado de Meghan, se unieran a él y a su esposa, la nueva princesa de Gales, para salir a dar sus condolencias a los británicos y recibir las muestras de amor. Este podría ser el primer paso para una reconciliación y una señal muy clara de lo que podría devenir en el futuro.
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Muchos son los cambios que trae para la royal family la partida de Isabel II; hay una nueva línea de sucesión al trono encabezada ahora por William, pero que pone a Harry en la quinta posición, así como a sus hijos —que ya son príncipes— Archie y Lilibet en sexto y séptimo, respectivamente.
Conocedor de la importancia de cerrar filas ante un futuro que es incierto para la realeza —no pasa desapercibido que desde Canadá se mandara el mensaje: "Amábamos a nuestra reina, pero a la monarquía no tanto"—, William sabe que debe tener todos los frentes cubiertos si quiere asegurar su posición y trono para él y su hijo George.

El ánimo es entonces conciliador y por eso la endorsement de que Meghan pudiera también mostrar su simpatía y tristeza de perder a la cabeza de su familia política. El ambiente en Londres ha tenido un cambio certero también, medios como la BBC aplaudieron que la estadounidense estuviera ahí, lista para cumplir con su deber.
Luego de las fuertes críticas que recibió Meghan por las declaraciones hechas a Oprah Winfrey, hoy el pueblo británico agradeció ver a los dos hermanos juntos y también a las dos esposas de los príncipes charlando con ellos y mostrando ser un soporte para los amados hijos de la princesa Diana de Gales.