Apenas el domingo el gobierno español emitió estado de alerta. En medio de la preocupación de la sociedad por el anuncio, Felipe VI emitió (en ese mismo momento) un comunicado que muchos esperaban fuera en relación a la crisis sanitaria, sin embargo no fue así.
El documento era para notificar que el soberano renunciaba a toda herencia de su padre, el rey Emérito Juan Carlos, así como el retiro de su asignación anual debido a sospechas de corrupción por parte de su padre.

Por supuesto no fue una coincidencia, todo lo contrario. Se buscó el momento perfecto justamente para reducir el impacto de esta notificación porque definitivamente se viene una investigación del gobierno para Juan Carlos.
Este “oportunismo real” ha sido muy criticado por sus súbditos, quienes se han dado cuenta de la poca importancia que le ha dado Felipe VI a una emergencia internacional que requería de su atención, sobre todo cuando la mayoría de los españoles piensan que su gobierno ha actuado tarde y de forma ineficiente en este momento.