Sin embargo, la tranquila vida de la que ahora gozan Harry, Meghan y Archie se vio interrumpida por un percance sucedido muy cerca de donde viven. Los hechos ocurrieron en la isla de Vancouver el pasado 5 de febrero durante la madrugada cuando un complejo de viviendas quedó destruido por un incendio.
Los servicios de bomberos conformado por 25 hombres llegaron en ocho vehículos poco tiempo después de emitirse la alerta para apagar el fuego que acabó con todas las casas habitación. Tardaron cerca de tres horas en poder extinguir el incendio y Martin Drakeley, gerente de bomberos de North Cowichan, confirmó que afortunadamente nadie resultó herido en este suceso y al día de hoy las investigaciones siguen su curso para reunir evidencias.