En concreto, Buckingham les pidió que trabajaran para la soberana de 94 años, el duque de Edimburgo y otros miembros de la familia real durante las festividades de Navidad y Año Nuevo que se llevan a cabo en su retiro anual en Sandringham. En caso de que sus empleados se rehusaran a hacerlo, la reina tendría que pasar Navidad en el castillo de Windsor por primera vez en 33 años, debido a que es la residencia donde ha pasado la mayor parte del confinamiento.
“La reina está furiosa, pero sus empleados consideran que esto es demasiado y no tiene precedentes en absoluto. Todos quieren ser leales, pero sienten que han ido demasiado lejos al querer separarlos de sus familias durante la época navideña”, dijo una fuente al diario.
Esta decisión involucra a aproximadamente a 20 empleados, incluyendo a los trabajadores de limpieza, lavandería y personal de mantenimiento. “Se están llevando a cabo discusiones con el equipo sobre asuntos operativos, pero es demasiado pronto para especular sobre las implicaciones para la Navidad”, añadió la fuente.