Pero precisamente ese mes, Reino Unido impuso el confinamiento contra el coronavirus y las finanzas reales se vieron mermadas por la pérdida de los importantes ingresos generados por las visitas a los palacios. Y pese al desconfinamiento, no todas las instalaciones se han reabierto a un público que sigue siendo mucho menos numeroso de lo habitual.

Así, Michael Stevens, tesorero de la reina Isabel II, estimó que el presupuesto central de la casa real sufrirá pérdidas de 15 millones de libras en los próximos tres años.
Y eso tendrá consecuencias, por ejemplo, en un programa para remodelar el Palacio de Buckingham planeado para hacerse en 10 años y que empezó hace tres. Para las reparaciones del edificio se tenía un presupuesto separado, mismo que con la pandemia sufrirá un déficit de 20 millones de libras en los siguientes siete años.
Sin embargo, Stevens dejó claro que en un momento en que millones de personas están sufriendo reducciones de ingresos o la pérdida de sus empleos, la casa real no pedirá a los contribuyentes que cubran estos déficits.