“Se piensa en el palacio de Kensington de alguna manera, está construido alrededor de tres patios. Se piensa en ellos como estas maravillosas casas de ladrillo rojo, porque todos están unidos, pero en casa separadas”, añadió el experto.
“Es enorme…y es como un pedazo de campo en Londres”, dijo la autora real, Ingrid Seward.
La única vez que la casa de los duques de Cambridge quedó al descubierto fue en 2016, durante una visita del entonces presidente de Estados Unidos, Barack Obama y la primera dama, Michelle Obama, donde se pudieron ver algunas partes del salón. En ese momento la pareja estadounidense fue recibida en una de las cinco salas de la casa que son usadas para recepciones.

En las fotografías que se publicaron se pudo apreciar la decoración del espacio que, por cierto, no es muy distinta a las habitaciones del palacio de Buckingham. Las paredes estaban pintadas de color crema con algunos detalles en dorado, jarrones de porcelana china, papel tapiz floreado, muebles clásicos y obras de arte prestadas de la Royal Collection. También se pudo ver un caballito de madera y un peluche de Sunny, un perro de agua portugués negro, quien era la nueva la mascota de la Casa Blanca de ese entonces y que Barack y Michelle le regalaron al príncipe George, quien en esos años era hijo único.