Cerrado totalmente desde 2014 y hasta 2016, el hotel pasó por una renovación completa que lo dejó como lo encontramos ahora —después de las remociones hechas por el paso del huracán Delta—. Lo primero que llama la atención es el lobby que con fuentes que hacen una especie de espejos de agua, reflejan obras de arte, como un jaguar artesanal.
A nuestra llegada Fernando nos ofrece una limonada con menta, un toque de chía y agua mineral (Mintade), para comenzar a recorrer cada uno de los espacios del Presidente Intercontinental que están pensados para complacer a huéspedes a los que el "todo incluido" no es de su predilección y es más íntimo, con tan sólo 300 habitaciones.

El concepto que se le dio ahora es de negocios, un estilo muy ad hoc al de Polanco (en Ciudad de México) que lo hace más ejecutivo, casi único en la zona. La mayoría de los hoteles es todo incluido y familiares. En la actualidad tenemos el 40 por ciento de ocupación
Los espacios en el Intercontinental son cercanos, después de atravesar el lobby y bajar unas atractivas escaleras se encuentra el área de los restaurantes y el spa. Manzano asegura que los huéspedes asiduos tienen una personalidad más tranquila, que gustan del lujo y la tranquilidad con sitios a pie de playa.

"El concepto del hotel es más conservador, un nicho de familia, pero no del que necesita del tobogán o juegos, sino más tranquilo, de lujo, que al entrar al lobby no necesita de música o del all inclusive. Somos de los únicos EP, que se enfoca en la calidad, el servicio y la experiencia en la parte de alimentos", expresó Fernando.