Luis Ernesto El Güero Franco protagoniza la serie de Star+ Máscara contra caballero, en la que se retó actoralmente al mostrar también dotes de cantante, bailarín y luchador de la AAA. La preparación para sus "dos personajes en uno" lo hizo reflexionar sobre cuándo él, metafóricamente, usó máscaras.
Así como en la serie, Luis Ernesto se vio obligado a ponerse una máscara para intentar seguir con sus aspiraciones y dejar atrás una vida que, aunque parecía exitosa, no lo satisfacía.
"Los sacrificios. En lo personal, desde hace varios años no vivo en México y me siento libre porque en donde estoy nadie me conoce y no tienen nada que ver con el medio del espectáculo; vengo al país a trabajar nada más", reveló El Güero Franco sobre esa "máscara" que, aunque fue dura, al final cumplió el objetivo de hacerlo feliz.
Pero no ha sido lo único que ha sacrificado, también le pasó a nivel profesional. "Muchas veces he tenido que tomar proyectos para que abran otras puertas porque económicamente me iban a beneficiar para algo que quería, para poder mudarme a otro país y comprar una casa, son sacrificios que tenía que hacer", explicó Luis Ernesto.
Como resultado de estos momentos y decisiones, Franco pudo lograr el sueño que siempre tuvo de alternar su carrera de actor con la de productor, la que le aseguró ponerse sobre la mesa proyectos que quería contar y que quizás nadie hubiera podido ofrecerle.
"En la parte de productor es donde he logrado contar las historias que yo he querido y no me espero a que un director, una plataforma u otro productor me dé lo que sueño, mejor provoco la oportunidad. Cuando me sentía frustrado por no hacer las historias que quería, (me decía) '¿por qué no las haces?'", compartió El Güero.
Lo mismo cuando decidió hablar de su divorcio abiertamente en un podcast que creó su ex esposa, Marimar Vega, así como a lo largo de levantar las películas o series en las que toma las riendas de productor, El Güero Franco se dio cuenta de que la industria es muy dura con aquellos que se atreven a adueñarse del control de lo que quieren.
"Cuesta demasiado trabajo, tiempo y dinero levantar tus propios proyectos, pero la satisfacción no será la misma que cuando sólo era actor porque el trabajo se acaba cuando se termina la filmación y a lo mucho promocionar la serie, pero no tengo el control de la historia", consideró Luis Ernesto.
Como productor haces el trabajo duro, explicó Franco, quien aceptó que en ese momento no puede ponerse máscaras porque tiene que ser auténtico para lograr los propósitos; pero como actor "me tocó promocionar proyectos que no me gustaron y lo tengo que hacer, qué hago, me pongo la máscara, pero como productor no hay cabida".
La filosofía de Luis Ernesto, recalcó, no es quedarse sentado a esperar la oportunidad: las genera, pero lo más importante es que ha podido comprender que detrás del telón del glamour de las plataformas, la pantalla de plata o los escenarios teatrales, lograr que un proyecto llegue al público exige de un esfuerzo y trabajo máximos.
"Les diría a todos mis compañeros actores que por lo menos alguna vez produzcan por lo menos un corto para que vean el esfuerzo de tanta gente que se tiene que unir para que un proyecto salga al aire, es muy complicado y después de producir 10 años, casi 15 proyectos, me hace más empático como actor cuando me contratan", mencionó Franco.
Antes de despedirse, Luis Ernesto compartió que Máscara contra caballero fue una reto gozoso y muy divertido. "Nunca me había tocado ser cantante, luchador y bailador, creo que eso fue lo que más me llamó la atención porque estaba entonado en comedia porque venía de hacer drama y thrillers".
Franco aceptó que para esta aventura, disponible ya en Star+, tuvo que tomar clases de canto, perfeccionar sus pasos de baile, que sólo ponía en práctica en las bodas, y abrazar el ser un luchador de la AAA, que aunque le gustaba de niño, se dio cuenta que practicarla era muy distinto. "Físicamente fue un gran reto", finalizó.
