La ceremonia se desarrolló en calma, aunque hubo algunos highlights que podrían, incluso, considerarse históricos: la presencia de un presidente extranjero, Volodímir Zelenski de Ucrania, quien pudo hacer lo que no logró en el Oscar, dirigirse al mundo en uno de los eventos que llevó su mensaje de "alto a la guerra" a millones.
"¿Qué es lo más opuesto a la música? El silencio de ciudades destruidas y gente asesinada", afirmó Zelenski antes de presentar al compositor John Legend. El premier ucraniano lamentó que en su país "nuestros músicos usan chalecos antibalas en lugar de esmóquines. Cantan a los heridos en los hospitales, incluso para aquellos que no pueden oírlos", agregó.

El jefe de Estado considero que "la música se abrirá paso de todos modos". Pero ese no fue el único instante a destacar, para México hubo también, así como sucedió en el premio de la Academia un momento más que especial, cuando la NARAS decidió rendirle un sentido tributo a Vicente Fernández.
El mexicano se alzó con el Grammy al "Mejor Álbum de Música Regional Mexicana" por la que se convirtió en su última grabación A mis 80s, con lo que se impuso a Christian Nodal, Mon Laferte, Natalia LaFourcade y Aida Cuevas, y que así como la aparición de Carmen Salinas y Felipe Cazals el pasado domingo en el Dolby Teathre, llenó de orgullo a los mexicanos.
