"La gran mayoría de mi equipo ha estado trabajando conmigo por 20, 25 años y creo que estaban esperanzados también. Quería la nominación y pienso que los decepcioné un poco también", confesó, mientras el público y Oprah Winfrey la contradecían.
Para salir de esa dolorosa sensación, "La diva del Bronx" contó que se puso a pensar en todo lo bueno que le había ocurrido en el último año: "El Super Bowl, una gira completamente vendida, las nominaciones a otros galardones y entonces, no lograr lo que quería con el Oscar. Tuve que reexaminarlo todo".

En ese proceso de análisis, se hizo dos preguntas clave: "¿Por qué eres artista? ¿Por qué te sientes tan triste en este momento". Lo que concluyó fue que lo que buscaba era mayor validación de la gente.
Jennifer López confesó que llegó a la conclusión de que quería escuchar que le dijeran que hizo un buen trabajo. Pero se dio cuenta que: "no necesito eso. Estoy en donde estoy y eso está bien. Soy suficiente. No necesito ese premio ahora para sentir que puedo hacer las cosas", puntualizó.