Esta mujer de 26 años de edad, no ha pasado desapercibida por su desarrollo profesional en el campo de la salud y su estética.
El parecido entre ambas es impresionante, desde su complexión hasta el mismo tipo de rostro afilado y ojos grandes.
Dentro de todo el amor-odio que tiene mi país de mí, me siento bendecida. Antes me enojaba el odio que me tenían, pero ahora estoy feliz, más agradecida. Lo veo diferente; sé que a veces, aunque dicen que me odian, en el fondo se sienten orgullosos de mí

En entrevista con el periódico El Universal, la hija de Glenda Reyna también enfatizó en que a lo largo de estos años "picando piedra" en Estados Unidos, nada ha sido gratis: "Antes era más emocional, ahora soy más pragmática. He llegado a donde estoy, porque nadie me ha ayudado en nada".