Apenas el 14 de marzo pasado se anunció con emoción su vuelta al principado, donde "podría terminar su recuperación a un lado de su esposo y sus hijos". Sin embargo, dicho anuncio no venía acompañado de ninguna fotografía actual o, mucho menos, de una aparición el público.
Todo lo contrario, Charlene no se ha aparecido ni en Mónaco ni en ningún otro lugar —Alberto debió acudir solo al homenaje al duque de Edimburgo en Londres el pasado 29 de marzo—.

El diario italiano Corriere della Sera pone en la mesa que, a nivel privado, las cosas no van nada bien. "Tanto que Charlène habría pedido a Alberto (y obtenido) el vivir lejos de Monte Carlo a cambio de no pedirle el divorcio".
Según medios europeos, tan sólo una semana después de su llegada a Mónaco, la princesa tomó un vuelo desde Niza hacia la isla francesa de Córcega, donde ansía vivir en el anonimato.