
Los problemas comenzaron en mayo de 2021, con una aparentemente “inofensiva” visita de la princesa a su natal Sudáfrica relacionada con su fundación, que promueve la conservación de la fauna silvestre en el continente. Se esperaba su regreso para estar presente en el Grand Prix de Mónaco pero el día del evento, el Palacio del Príncipe anunció mediante un comunicado que la princesa había debido permanecer en Sudáfrica tras haber contraído una infección de oído, nariz y garganta.
A finales de julio, Charlene dio una entrevista a un medio local, confirmando que no estaba bien de salud, que “no podía forzar su recuperación” y que permanecería en su país hasta fines de octubre pues por el momento no podía volar. Agregó que era “terriblemente frustrante” no poder ver a sus dos hijos, los mellizos Jacques y Gabriella, entonces de 6 años. “No puedo esperar para regresar con ellos”. Sin embargo, señaló que ya la habían ido a visitar y que volverían a hacerlo pronto.
“No puedo predecir cómo será mi recuperación”, dijo a la conductora Mandy Wiener.
Más adelante, la princesa contó a un programa de radio que su infección se originó con una operación dental que debió hacerse para implantar una prótesis, misma que se complicó con la infección y con el viaje en avión.
Para su tranquilidad, sus dos pequeños viajaron a verla, al igual que el príncipe Alberto, a finales de agosto, tal como lo había comentado en la entrevista al medio sudafricano.
Pero a principios de septiembre colapsó, una vez más por complicaciones con su infección, y debió ser hospitalizada en Durban, lo cual hacía notar que su enfermedad podría ser más complicada de lo que aparentaba.