La demanda del diseñador de 68 años es porque la subasta se realizó sin su consentimiento, lo que significaría una infracción al acuerdo al que llegó la ex pareja tras su divorcio que, por cierto, ocurrió un par de años después de que Diana y Carlos anunciaran su separación. El diario antes mencionado, indicó que el ex matrimonio pactó que ninguno podría usar la marca Emanuel para sus negocios personales.

David solicitó que se reconozca que comparte con su ex esposa el copyright de los bocetos y, por tanto, tiene derecho a obtener una parte de las ganancias que Elisabeth haya conseguido con la subasta, que incluyó la blusa de gasa blanca con cuello volante y un lazo en color rosa que Diana usó para el retrato oficial de su compromiso para la revista Vogue.

De hecho, esa blusa fue la que animó a la joven Lady Di a llamarlos para que hicieran su vestido de novia. Este encargo lanzó a la fama al matrimonio, pero también los condenó: “Quien diseñe el vestido de Kate quedará inundado de ofertas, pero es un arma de doble filo. La gente te asocia ya solo a eso y tienes que insistir en que haces algo más que vestido de novia”, dijo Elisabeth en 2011 previo a la boda de los duques de Cambridge.