Hasta ahí, el recorrido del príncipe se llevaba a cabo de manera normal, aunque en esta ocasión no lo acompañó su esposa, Camila de Cornualles . Pero la visita se volvió especial cuando Carlos se encontró con un grupo de mujeres en el vestíbulo del hotel.

Se trataba de una celebración por el cumpleaños 50 de una de ellas, así que, con el espíritu de celebración, el hijo mayor de la reina Isabel II las saludó a todas, pero, siguiendo las recomendaciones de las autoridades de salud y sólo chocó su codo con las mujeres.
Al salir del establecimiento, el príncipe de 71 años recibió un pudin de Navidad de parte del hotel y aprovechó para desear a todos los presentes: "Feliz Navidad y feliz Año Nuevo".