Según escribió en sus redes sociales, Vicent Meylan, experto en piedras preciosas y autor de un libro sobre joyería, la reina María recibió este broche como regalo de bodas con el entonces futuro rey Jorge V, en 1893, el presente le fue entregado por sus suegros, los reyes Eduardo VII y Alejandra de Dinamarca.
De acuerdo con el joyero, la abuela de Isabel II no era muy aficionada a las gemas de color y más bien, prefería los diamantes y las perlas, pero cuando se convirtió en princesa de Gales comenzó a usar turquesas, tras recibir como regalo este adorno con turquesas y diamantes.