Ya fue alcalde en varias ocasiones en los últimos años, pero va por más. Adrián, de 44 años y casi 20 en el servicio público, sabe que el mundo de la política tiene mucho que ofrecerle a la sociedad y él quiere formar parte de eso.
Esa es la razón, dice, por la que busca reelegirse como alcalde de Cuajimalpa, aunque muchos lo señalen como “cacique” del PRI, incluso dentro de su mismo partido, al que llegó después de participar con Acción Nacional y el Partido de la Revolución Democrática.
Su familia tiene cierta tradición militar en Estados Unidos, así que a Rubalcava le tocó estudiar en la infantería de marina estadounidense, donde además de disciplina, le agarró gusto al gimnasio y la buena alimentación, algo que si bien no define su vida, son parte importante, pero por ahora sus prioridades, dice, son las que tienen que ver con el servicio público.
Regresó a México para entrar a la carrera de Derecho en la Universidad Anáhuac. La idea era dedicarse a litigar como su papá y su hermano, pero en 1998, siendo todavía un estudiante, conoció a abogados como Raúl F. Cárdenas, encargado de la defensa de Raúl Salinas de Gortari, por los delitos de enriquecimiento ilícito y defraudación fiscal. Era el caso mediático del momento y eso le apasionó, a pesar que sus funciones eran llevar papeles y recoger firmas, más allá de formar parte de la estrategia legal.
MÁS QUE UN POLÍTICO “BIEN PARECIDO”
Para el año 2000, Luis Zuno Chavira, otro conocido de Adrián en el mundo de las leyes, ganó con el PAN la alcaldía Álvaro Obregón y lo invitó a formar parte de su equipo y ser coordinador de proyectos, uno de los puestos más bajos en la administración de una demarcación capitalina.
A Adrián le tocó hacer de todo, desde participar en operativos para levantar puestos ambulantes en San Ángel y en la zona de la Ibero, hasta ser jefe de unidad de la administración de los panteones de la alcaldía.
Poco después se encargó del área de licencias donde trató con restauranteros y discotequeros de la delegación, hasta que en 2003 entró el PRD a la alcaldía y le ofrecieron formar parte de la transición y finalmente quedarse con la dirección de gobierno, uno de los cargos más importantes de la administración.
Su primer intento por tener un puesto de elección popular se dio en 2006, cuando fue candidato a diputado local por el PRD, que finalmente perdió ante el candidato del PAN. El revés no lo desanimó. Seguía con su rutina de gimnasio y lo alternaba con sus funciones en la dirección general jurídica del gobierno en Cuajimalpa.
Poco a poco el gimnasio fue teniendo menos relevancia, sumado a actividades políticas cada vez más intensas, sobre todo cuando fue el candidato del PRD para Cuajimalpa en 2009, que también perdió. “La diferencia fue de 300 votos, y aunque las encuestas mostraban buenos números a mi favor, caí un poco en la soberbia, me confié y no armé una buena estrategia electoral como la que hemos hecho hoy”, nos dijo Rubalcava.
Una vez asimilada su derrota tuvo la oportunidad de ser subsecretario de desarrollo económico de la Ciudad de México, en la administración de Marcelo Ebrard. Pelear por el proyecto de lo que ahora es el Parque La Mexicana le costó un desgaste en su relación con el gobierno de la Ciudad de México, que planeaba hacer edificios de interés social en lo que ahora es el parque. “Ir en contra de los intereses del gobierno me costó ser despedido de mi puesto y no ser el candidato delegacional perredista para la administración 2012- 2015”.
TIEMPOS MEJORES
Fue entonces cuando se le acercó el Partido de la Revolución Democrática, una organización política con una imagen desgastada y sólo un 8 % de intención del voto. Aún así ganó la elección y rompió la mala racha del PRI en la ciudad.
Fue el único priista en ganar en la Ciudad de México y de pronto llegaron felicitaciones de personajes como Osorio Chong, Peña Nieto y Luis Videgaray. El PRI local no lo quería, pero el federal, sí.
Aún así su gobierno fue cercano a Miguel Ángel Mancera y se concretó el parque La Mexicana. Ya no había tiempo para el gimnasio y llegó a los 90 kilos, pero había demostrado que su carrera en la política era un tema serio.
De 2015 a 2018 fue diputado por el distrito XX capitalino y regresó al gym. Fueron los tiempos de la famosa foto en toalla. Nadie la filtró, fue él quien la posteó en Facebook como parte de su iniciativa en la que pedía que los alimentos que estaban por caducar se regalaran a los más necesitados.
Cuenta Adrián que los medios de comunicación se negaron a difundir su propuesta y que muchas empresas frenaron la iniciativa, hasta que un día le dijo a todos que si tenía que salir “encuerado” para difundir su idea, lo haría sin problema.
Subió la foto el 24 de diciembre y se volvió viral con el tema “si estás criticando mi foto, conoce también mi propuesta para alimentos y bebidas”, decía el post que obtuvo miles de comentarios y likes.
Adrián era el presidente del congreso de la ciudad y su imagen semidesnuda, como su propuesta, estaba en todas partes. “Lo único malo es que empezaron a pedirme una foto similar cada 24 de diciembre, así que eso me obligó a entrarle duro al gym de nuevo para no hacer el ridículo”, recuerda.
Hace tres años intentó ser alcalde nuevamente y lo logró. La elección le dejó un mayor número de votos y una aplastante victoria ante Morena en Cuajimalpa.
Su trabajo en la administración fue intenso. Bajó siete kilos y el gym era ya intermitente. Dice Adrián que los últimos seis jefes delegacionales juntos, no han hecho ni la mitad de lo que él ha logrado en un solo periodo, como colocar a la entidad como la más segura y mejor evaluada de la ciudad, y meterla en el top 10 de las alcaldías más seguras del país.
Este 6 de junio busca reelegirse como alcalde de Cuajimalpa y está seguro de ganar otra vez. “Hemos aprendido a gobernar desde abajo. Soy muy perseverante en mis metas y no venzo fácilmente. Visualizo los próximos tres años como los mejores para Cuajimalpa”, dice.
¿Y EL AMOR?
“He tratado de ser muy meticuloso en mi vida personal. En la política siempre están buscando quién puede ser el blanco para poder atacar, así que todas mis relaciones sentimentales las he tratado de mantener con discreción”, cuenta Rubalcava cuando le preguntamos por una novia o una relación amorosa.
Dice estar enfocado en su proyecto político. Quiere hijos, formar una familia y lograr un equilibrio entre lo profesional y lo personal, pero el servicio público es el primero, al menos por el momento. “No soy gay, eh, como se ha rumorado (risas). Llevo una muy buena relación con la comunidad, a quienes les tengo un gran cariño”.
El apoyo de este grupo social se desató después de la famosa foto en toalla, que también hizo crecer su número de seguidoras. Dice que ya está acostumbrado a que le escriban de todo en las redes sociales, aunque mucha veces son comentarios subidos de tono, tanto de hombres como de mujeres.
“Todos traen una dinámica muy intensa pero positiva conmigo en las redes y no me molesta, pero si prefiero aclararlo (risas). Tengo un gran amor por las mujeres y me declaro feminista, pero sobre todo estoy de acuerdo en la libertad de amar a quien queramos”, finaliza.
