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Desde Huamantla, entrevista con Carlos Rivera, el guardián de la memoria

Carlos Rivera revela su amor por Huamantla, su pasión por las antigüedades y cómo la paternidad cambió su manera de entender la música.
lun 27 octubre 2025 02:02 PM
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Carlos Rivera desde Huamantla. (Ssantiago Ruiseñor. )

Carlos Rivera mira el tiempo como quien cuida una melodía. Entre vitrinas, retratos en sepia y reliquias novohispanas, el artista tlaxcalteca ha convertido su casa en Huamantla en un santuario de la memoria. “Siempre me ha dado miedo que las historias se pierdan”, confiesa. “Por eso guardo cosas. No por tenerlas, sino por cuidarlas”.

Ese impulso lo acompaña desde niño. Huamantla, su tierra natal, es más que un escenario: es la raíz de todo lo que hace. “Mi mamá siempre creyó en mí incluso cuando nadie lo hacía. Ella me enseñó que lo pequeño también puede ser grande si lo cuidas”, recuerda. Entre procesiones y tapetes de flores nació la voz que hoy llena estadios.

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A los 18 años, Rivera se presentó en La Academia y ganó. Desde entonces, su nombre ha cruzado fronteras. Con discos de platino, giras sold out y duetos, ha construido una carrera sólida que combina disciplina y sensibilidad. “No me interesa repetir fórmulas”, dice. “Me interesa seguir aprendiendo”.

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Carlos Rivera, el anfitrión de Casa Huamantla. (Santiago Ruiseñor. )

Su paso por el teatro musical en Madrid, donde protagonizó El Rey León, marcó su transformación artística. “Ahí aprendí a cantar con el cuerpo entero. A entregar la voz como un acto de fe”, explica. Ese aprendizaje se refleja en su forma de estar en el escenario: intensa, devota, humana.

Esa misma devoción lo llevó al coleccionismo. Su pasión por rescatar piezas históricas lo inspiró a fundar Casa Huamantla, un espacio que forma parte de Small Luxury Hotels of the World. “No compro por lujo ni por rareza”, aclara. “Compro para rescatar”. En sus salas, el arte novohispano convive con la historia personal del cantante.

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Cada objeto tiene una historia. Desde coronas virreinales hasta porcelanas del siglo XVIII, todas restauradas por artesanos locales. Rivera sueña con que algún día su colección se abra al público como museo. “Quiero que la gente venga a Huamantla y entienda que aquí hay cultura, historia y belleza”, dice con emoción.

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Carlos Rivera desde su natal Huamantla. (Santiago Ruiseñor. )

En medio de ese universo, su vida familiar ha tomado protagonismo. “Ser papá me cambió por completo. Ya no pienso en el éxito igual”, asegura. Habla de su hijo León con la misma ternura con la que describe una pintura antigua. “Antes soñaba con llenar estadios; ahora sueño con llegar a casa y verlo dormir”.

Esa nueva mirada se refleja en su disco Sincerándome, el más personal de su carrera. “La gente cree que uno canta lo que ya entendió, pero muchas veces uno canta para entender”, dice. Así, Carlos Rivera se confirma como el guardián de las canciones, los recuerdos y los objetos que cuentan quiénes fuimos y quiénes somos.

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