De acuerdo con fuentes consultadas por Page Six, el prenup con el que contaban Tom y Gisele les permitió disolver su matrimonio sin ningún tipo de problema de índole financiero, ya que cada uno maneja su fortuna y unidades de negocio de manera separada e independiente del otro. Mientras que él tendría una cuenta de 333 millones de dólares, la riqueza de su ex esposa se estima en unos 400 millones.
Lo más importante, sus hijos:
“Antes de casarse en 2009, se estableció un contrato prenupcial totalmente blindado. Ambos tienen sus propias entidades comerciales separadas, por lo que la separación de su patrimonio no fue tan complicada al final. El único otro factor importante fue dividir su enorme cartera de propiedades”, aseguró el informante al portal de noticias.
