De acuerdo con información del medio español, la fortuna del empresario se dividió en seis partes iguales, cuatro para sus descendientes, dos más para Paula Cusi, su última esposa y con quien compartió más de dos décadas, y una más para su última novia, Adriana Abascal, reina de belleza 40 años menor que lo vio morir en su yate.
De ahí se desprende que Paula Cusi, cuyo nombre real es Encarnación Matute, abrió seis fideicomisos en las Islas Vírgenes Británicas, esto bajo su estatus de viuda de Azcárraga Milmo, de hecho, en los documentos de inscripción presentados afirma que su herencia es su principal fuente de ingresos.
Según los Pandora Papers, Cusi habría concentrado unos 580 millones de dólares entre 2015 y 2017, y administrado sus obras de arte, una pasión que la vinculó con Azcárraga.

Según informa El País: “La figura clave en la arquitectura financiera de Cusi fue su hermano, José Manuel Presa Matute, que se ocupó personalmente de crear los fideicomisos (conocidos como trusts en inglés) y organizar el reparto de los beneficios entre él y su hermana. Dos fideicomisos, The Rumi Trust y The Hafiz Trust, se encargaban de comprar y vender obras de arte. Los otros cuatro tenían como finalidad el manejo de cuentas en bancas privadas de Suiza e inversiones en Bolsa: The Sinan Trust, The Al-Magar Trust, The Averroes Trust y The Abi-Rabia Trust”.
Presa Matute tuvo un amplio portafolio de inversiones: compraron acciones de empresas tecnológicas como Intel, Alibaba, Microsoft, Amazon, Cisco, Facebook, Apple, Oracle, Google, Yahoo, LinkedIn, entre otras.
Además adquirieron acciones de la petrolera Royal Dutch Shell, Nestlé, Visa, la farmacéutica Roche, el gigante de las materias primas Glencore y la fabricante de armas Lockheed Martin.