Parece que finalmente todas esas críticas han terminado por hacer mella porque en la última aparición pública de Presley este mismo lunes en Malibú no quedaba ni rastro de esa inscripción. Todo apunta a que el joven de 22 años habría decidido eliminarla recurriendo a un tratamiento de láser.
En un principio él había defendido a capa y espada el diseño en tinta alegando que así era como se había sentido siempre, como un "incomprendido", y que sabía perfectamente lo que estaba haciendo cuando decidió tatuarse el rostro.