Alex Rodriguez le regaló un Porsche a JLo, pero ella no es quien lo usa
Para celebrar en grande sus 50 años, el expelotero deslumbró a la cantante con un carro deportivo personalizado, pero ella siempre usa el asiento del copiloto.
En julio, Alex Rodriguez le regaló a Jennifer Lopez un Porsche rojo personalizado por su cumpleaños número 50. Después de 25 años sin conducir, cuando lo recibió, tomó el volante de su nuevo carro, valorado en 140 mil dólares y dio un pequeño recorrido.
La primera salida oficial con el regalo fue a la exclusiva fiesta de cumpleaños de la cantante en Miami y tal parece que hasta allí llegó la sorpresa, pues JLo ocupó el asiento del copiloto y Álex Rodríguez fue quien manejó.
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El 21 agosto pasada, la pareja visitó una escuela en Miami, Florida y aunque llegaron juntos en el Porsche, una vez más, Jennifer Lopez iba de pasajera. Al día siguiente, volvieron a ser captados en el gimnasio y la estrella manejaba otros asuntos, pero no el auto deportivo.
Los fotógrafos volvieron a ver a la pareja utilizando el Porsche rojo el 9 de diciembre, cuando aprovecharon para felicitarla por haber sido nominada en la categoría de Mejor actriz de reparto en los Globos de Oro por su papel de Ramona en la película Las estafadoras de Wall Street, pero una vez más, "la Diva del Bronx" viajó en el asiento del copiloto.
A su salida, de nuevo Jennifer Lopez se dirigió a su asiento, sin pedirle las llaves a su prometido para manejar su carro. La escena casi se repitió el pasado 14 de diciembre, cuando ambos volvieron a una sesión de ejercicio en Miami, al salir, ella se dirigió en automático al asiento del pasajero.
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Cuando Alex Rodriguez le regaló el Porsche, ella declaró: "¿Voy a tener que conducir? ¡Qué hermoso! ¡Nunca he conducido un automóvil así!". En ese momento tomó las llaves, se puso el cinturón y encendió el auto: "¡Bebé, sé cómo conducir! ¡Lo recuerdo!”, gritó en aquel entonces.
Sin embargo, ella insiste en que la lleven, pues tal parece que disfruta cuando Alex le abre la puerta y le ofrece su mano para ayudarla a salir, o por lo menos eso es lo que se percibe cuando se le ha visto trasladarse en sus elegantes autos.