¿Cómo empezaste en este negocio?
Fue hace 27 años, con una agencia de viajes y eventos de incentivos y convenciones. Dividí la agencia de la productora de eventos, desde entonces hago lo que pida el cliente.

¿Cómo te inspiras para la creación de los eventos?
Primero veo qué idea tiene el cliente. Depende el evento que sea, el presupuesto, la hora, la cantidad de personas y la época del año. Muchas veces piensan en algo totalmente diferente de lo que se obtiene como producto final.
¿Qué es lo que más te gusta de todo esto?
Cuando terminan (risas). Al ver al cliente feliz, yo estoy satisfecha. Lo más difícil es aterrizar las ideas y cuando es boda, peor. No sabes si ser alcahueta de la novia o de quién. Pero ahora el novio se involucra mucho, lo que complica más las cosas.
Los clientes se van inspirando en los eventos a los que han ido, pero yo quiero cada evento sea original y único.

¿Por dónde empiezas?
Es muy simpático, no hay por dónde empezar. Hay parejas que tienen la idea muy clara, otros no tienen ni fecha y quieren que les hagas todo. Varía mucho si es la primera boda o las segundas nupcias. Aprendes de cada novia y de cada boda.
¿A quién te gustaría hacerle la boda?
A mis hijas, claro si me dejan hacerla. También me encantaría hacer una boda gay.