Alexia de Holanda vive feliz por poder ser una ‘princesa rebelde'

Alexia de Holanda: una 'princesa rebelde'

Con 18 años recién cumplidos, la princesa Alexia Juliana Marcela Laurentien ha activado la línea sucesoria de los Países Bajos al convertirse oficialmente en la segunda “en fila” para ser reina, pero lejos está de querer ese puesto.

La hija de los reyes de Holanda, Guillermo Alejandro y Máxima, no sólo no envidia a su hermana la princesa Catalina Amalia, primera en la línea de sucesión al trono, sino que se siente aliviada de no cargar con ese peso.

Alexia de Holanda, contenta de no ser la futura reina

Para celebrar sus primeros 10 años de reinado, el rey Guillermo de Holanda participó en un podcast de 10 capítulos en los que habló de su experiencia como monarca y su vida familiar. Fue ahí donde reveló cómo se siente su segunda hija con respecto a la posibilidad de convertirse en reina.

Esto se debe, en parte, a las críticas que cada uno de los movimientos de las tres hermanas reciben en los medios.

"No son ciegas ni sordas, lo ven todo en las redes sociales, lo leen todo, lo oyen todo. No las aislamos de nada. Y hablan de ello. Les afecta", aseguró el monarca de 56 años.

Alexia, recién egresada del UWC Atlantic College de Gales, compartió generación con Leonor, princesa de Asturias, pero sus caminos no podrían ser más distintos. Mientras que la hija de Felipe y Letizia de España se prepara para empezar su formación militar de tres años, no se conoce cuál será el futuro académico de la princesa holandesa.

Alexia de Holanda: Una princesa libre

Lo que sí se sabe de Alexia es su afición a la moda, al hockey y especialmente a la música. La segunda hija de los reyes de Holanda toca la guitarra, baila y canta, y hace unos años rogó a sus papás dejarla participar en La Voz Kids, cosa que fue imposible dada su condición.

A pesar de tener prohibido usar las redes sociales, la llamada “princesa rebelde” publicó un video de TikTok bailando y cantando con amigas, que seguramente generó más de un regaño en palacio de Orange-Nassau. Ésta no fue la única vez que Alexia rompió las reglas que sus papás tienen con respecto a las redes. En 2018, salió a la luz su cuenta anónima en Instagram, en la que subía outfits y pedía a sus seguidores calificarlos, pero dejó de hacerlo apenas fue descubierta.

En 2020, cuando sólo tenía 15 años, causó controversia una fotografía en la que aparecía fumando con un grupo de amigos. Todos sus “tropiezos” en redes desaparecieron casi de inmediato.

Guillermo Alejandro de Holanda, ¿un rey moderno?

Para su suerte, su papá no parece ser demasiado conservador y ha dejado saber que desea que sus hijas crezcan de la forma más normal posible. Recientemente se le preguntó al rey Guillermo Alejandro lo que opinaba de las fotos en traje de baño de su sobrina, la princesa Eloise.

"Tienes una idea muy medieval de las estructuras familiares", aseguró al periodista que había abordado el tema. "Es una mujer joven con una vida propia", dijo contundentemente.

La música, el mayor sueño de Alexia de Holanda

A pesar de las controversias, lo que apasiona a Alexia no es la fiesta sino la música –al UWC Atlantic College viajó con su inseparable guitarra– y el canto. Comparte esta afición con su mamá, la reina Máxima. Pero sus obligaciones institucionales, que si bien no tienen el peso de las de su hermana la princesa Amalia, son suficientes para impedirle seguir ese camino.

Los escenarios están fuera de cualquier consideración si es que desea conservar sus derechos dinásticos, pero tiene permitido estudiar solfeo y, de así quererlo, componer canciones para que alguien más las interprete.

Con la ventaja de ser la segunda hija de los reyes de Holanda, sin la presión mediática encima pero sí con responsabilidades, Alexia, que no recibirá un estipendio por parte del gobierno dado que éste sólo corresponde a los reyes y su heredera, podrá elegir –en cierta medida– cómo cumplir sus sueños. "Me gusta el hecho de poder hacer algo con mis propios intereses en el futuro", dijo en una entrevista a los 16 años. Así que aún hay mucho que esperar de la “princesa rebelde”.