Inicialmente se había asegurado que la magnitud del evento se reducirían considerablemente para adaptarse al plan de modernizar la monarquía que Carlos trazó hace tiempo y que se apoya en dos principios: austeridad y menos personas en la lista de miembros de la familia real que reciben fondos públicos.
Sin embargo, parece que la estrategia cambió después de que el palacio de Buckingham comprobara la cobertura mediática que recibió el funeral de la mamá de Carlos alrededor del mundo. Desde el gobierno también coinciden en que la coronación supone una oportunidad única para dar publicidad a la Institución y promocionar la marca 'Gran Bretaña'.
