La reina Isabel II ha perdido en el transcurso del último mes a tres de sus amigos más cercanos. Cuatro días después de la celebración de la Navidad, la soberana tuvo que lidiar con la muerte de una de sus damas de compañía más queridas, lady Diana Farnham, y solo unos días antes sufría el primero de estos duros golpes con el fallecimiento de Ann Fortune FitzRoy, la más longeva de sus fieles confidentes de palacio.
Duro inicio de año para la reina Isabel: muere su gran amigo
Uno de los mayores responsables de la pasión de la reina por los caballos, Ivor Herbert, se une a la lista de gente cercana a la monarca que fallece en las últimas semanas.
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Ahora la monarca llora el deceso de una figura clave en su tradicional pasión por las carreras de caballos y, en general, el mundo equino: Ivor Herbert, entrenador y periodista especializado en este regio deporte, quien falleció a principios de 2022 y a la edad de 96 años. Lo cierto es que la muerte de Herbert se produjo el pasado 5 de enero, pero ha sido este miércoles cuando el diario The Times ha podido confirmar oficialmente su muerte.
Este profesional se convirtió en uno de los colaboradores más estrechos de Isabel II durante los tiempos en que la reina se implicaba personalmente, y de forma muy activa, en la crianza y preparación de sus caballos de competición.
La hoja de vida de Herbert está repleta de grandes triunfos en este y otros sentidos: se encargó de entrenar al caballo que salió victorioso de la contienda por la Copa de Oro de Cheltenham de 1957 y, curiosamente, en 1966 firmó parte del guion de la película cómica 'The Great St Trinian Train Robbery'.
"Ivor Herbert murió el pasado 5 de enero en su casa, a la edad de 96 años. Adorado padre de Nick, Kate y Jane, abuelo de Joe. Cremación privada. Los detalles del memorial serán anunciados próximamente", reza el breve texto que ha publicado el periódico británico en nombre de la familia Herbert.
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Además de estas tres recientes pérdidas, hay que recordar que Isabel II tuvo que despedirse para siempre de su marido, el duque de Edimburgo, el pasado mes de abril y poco antes de que este pudiera cumplir cien años de vida. Parte de su reciente discurso navideño abordó con una gran sensibilidad el tema de la muerte, del que destacó tanto la tristeza que genera como su carácter inevitable.
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