En esta ocasión, el nieto de Isabel II quiso demostrar que, como tantas otras familias en todo el mundo, en sus escasos ratos libres gusta de sentarse alrededor de la mesa con su esposa e hijos para disfrutar de su pasión compartida por los juegos de mesa, así como para que todos saquen a relucir su lado más competitivo.
Uno de los juegos que más se estilan en el palacio de Kensington es el emblemático Monopoly, en el que los jugadores tienen que construir imponentes imperios inmobiliarios a base de ingenio y de cobrar 'grandes' sumas de dinero a quienes acaben 'pasando la noche' en sus propiedades. Como suele ocurrir en cualquier partida de Monopoly que se juegue, las rivalidades también se intensifican en casa de los duques de Cambridge.

"Nos encantan los juegos de mesa cuando estamos con los niños. Nos encanta el Monopoly... Es un gran juego, aunque algunos se pelean y se enojan mucho cuando pierden", bromeó William en conversación con la emisora de radio del hospital Royal Marsden de Londres, una entrevista que fue grabada en el citado palacio de Kensington.