Esta es una casa icónica porque fue donde el rey Eduardo VIII, tío de Isabel II, firmó sus papeles de abdicación en 1936. Sin embargo, al final han descartado este sitio porque, a pesar de que pertenece al Estado, en este momento esta subarrendado por una familia muy cercana a los duques, los Weston.
En este momento, la vida de Kate, William y los niños se divide entre el Palacio de Kensington de Londres, en donde tienen sus oficinas, así como para descansar durante sus vacaciones eligieron la casa de campo de Anmer Hall en Norfolk. En el pasado, de 2015 a 2017, la principal de sus viviendas estaba en Sandringham Estate.

Aquella casa fue un regalo de bodas de la monarca británica, el entorno rural era muy funcional para William que trabajaba como piloto de helicóptero para los servicios sanitarios aéreos de East Anglian. En ese entonces eligieron una educación más íntima para sus hijos, pero ahora con los mayores ya en una escuela de Londres, la distancia no es óptima.
El traslado a Windsor les daría practicidad precisamente por sus niños. Otro punto a favor es que la duquesa de Cambridge estaría más cerca de sus papás, Michael y Carole Middleton, sólo los separarían 64 kilómetros de distancia en Bucklebury, Berkshire. También estaría cerca de su hermana Pippa y de su esposo James Matthews.