
Vimos a George saltar de alegría y abrazar a sus padres en los mejores momentos para los ingleses durante el partido, pero también, al término del mismo, no pudo disimular su carita triste, al igual que la de los duques de Cambridge, cuando el portero italiano logró parar el último penal.
Durante el encuentro, Kate y William mostraron la complicidad que tienen con su primogénito y, a diferencia de otros tiempos en la realeza, las muestras de cariño públicas están más que normalizadas en la familia de los duques. Ellos mismos han comentado que intentan que sus tres hijos tengan una vida lo más normal posible.
Tras la derrota, las cámaras del estadio enfocaron a William, Kate y George, que se encontraban en el palco real, y la imagen del pequeño con su semblante ensombrecido, pero siendo “cobijado” por sus padres, que intentaban consolarlo, fue el momento que más enterneció a muchos.