A diferencia de ediciones anteriores, la reina Isabel II no se acercó al famoso Cenotafio de Whitehall para depositar su corona de flores y guardar varios minutos de silencio para recordar a los fallecidos -una tarea de la que este año se encargó el príncipe Carlos-, sino que, ataviada por primera vez en público con una mascarilla sanitaria, lo hizo frente a la tumba del llamado 'soldado desconocido'. La soberana vestía completamente de negro, como obligaban las circunstancias, y portaba un ramillete de flores exactamente igual al que llevó durante su boda con el duque de Edimburgo, y curiosamente también al que llevó su mamá Isabel en su enlace con Jorge VI.
Al otro lado del Atlántico, su nieto, Harry y su esposa Meghan Markle optaron por organizar su propio 'Domingo de Recuerdo' tras la negativa de la casa real, como ha informado este lunes el diario Daily Mail, a colocar una corona de amapolas en su nombre a los pies del mencionado Cenotafio, el monumento que se instaló hace ya cien años para recordar a los fallecidos en la primera contienda mundial.
Prince Harry and Meghan have marked #RemembranceSunday by visiting the Los Angeles National Cemetery today. The Duke and Duchess of Sussex wanted to “personally recognise” the day in their own way. pic.twitter.com/jFRr3RPbRv
— Chris Ship (@chrisshipitv) November 8, 2020