Su presencia indudablemente sería un impulso para la moral
“El hecho de que sepamos que ella tiene la intención de realizar compromisos –previamente seleccionados- es evidencia de que ella sabe cuánto es simbólicamente importante regresar”, añadió.
A mediados de marzo, Isabel II y el duque de Edimburgo se trasladaron al castillo de Windsor, donde se mantuvieron en confinamiento y protegidos por un cerco de seguridad al que llaman HMS Bubble. A principios de agosto, la royal couple viajó a su residencia de Balmoral, su destino vacacional de cada año y el punto de reunión con el resto de los miembros de la familia real, a quienes no veían desde varios meses atrás a causa de la pandemia.
“El palacio de Buckingham es lo que llamarían el centro neurálgico de la monarquía. Cualquier cosa que involucre a la nación a unirse en unidad nacional que se ve frente al palacio, no hay nada que se compare con eso”, añadió Richard.