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Según publicó el periódico The Times, los tribunales australianos no tuvieron en cuenta el deseo de Isabel II y fallaron en favor de que no se mantengan en secreto las cartas que intercambiaron ella y Sir John Kerr, cuando en Australia se tomó la decisión de remover de su cargo al primer ministro Gough Whitlam.

En aquel momento la situación metió en aprietos al Palacio de Buckingham que, supuestamente, se hizo de "la vista gorda" cuando en su posición como gobernador general, Kerr despidió a Whitlam para poner en su lugar al líder de la oposición Malcolm Fraser, algo que provocó fuertes protestas en toda la nación de Oceanía.
Ahora el rumor es que, si se divulgan esas cartas, podrían significar una gran vergüenza para la corona, ya que se dice que esto confirmaría que Isabel II o el príncipe Carlos supieron todo el tiempo el plan de John en contra de Gough y no hicieron nada por impedirlo, por lo que se prevé una reacción incendiaria entre los súbditos de Australia.
En 2017 Sir Christopher Geidt, ex secretario privado de la reina, escribió a la oficina del gobernador general para dejar en claro que ese material era de "comunicaciones esencialmente privadas que son sensibles". Por eso se pidió que permaneciera privado como las comunicaciones entre la Isabel II y sus ministros en Reino Unido.