La reina emérita aprendió a lidiar con una de las mayores responsabilidades: sin importar la crisis, el divorcio “no existe” entre las cabezas de las monarquías; después de enfrentar el escrutinio que significó que saliera a la luz el supuesto affaire de su esposo con Corinna Zu Sayn-Wittgenstein, ahora llevan una relación más cordial.

Últimamente, sin retomar una vida marital, si tienen “citas” más seguido en el espíritu de cumplir con su dignidad de reyes, aunque ya no ostenten la corona. En las regatas de Sanxenxo ella fue su amuleto de la buena suerte; mientras que juntos fueron a una velada que doña Sofía tanto disfruta, con romance en el aire en la boda de Rafael Nadal.
Doña Sofía fue solidaria con don Juan Carlos durante su convalecencia por la cirugía a corazón abierto a la que se sometió y para estar cerca, el rey emérito dejó un retiro para pasar con ella su cumpleaños 80. Además, accedieron a posar juntos en una foto la Navidad pasada, algo que no sucedía en mucho tiempo, para felicitar a los españoles.