Esta teoría tiene sentido, pues, en julio de este año, la experta en realeza Katie Nicholl adelantó a Vanity Fair USA que, a raíz de la separación laboral de los hermanos, sus colaboradores tratarían de mil maneras coordinar sus respectivas agendas para evitar que coincidan en tiempo y compitan por el protagonismo.
Por ejemplo, en mayo de este año William y Kate publicaron en su cuenta de Instagram una serie de retratos de sus hijos en el jardín que diseñó la duquesa de Cambridge en el famoso festival Chelsea Flower Show; en las mismas fechas, Meghan y Harry compartieron un video con fotografías inéditas del día de su boda para celebrar su primer aniversario de casados; situación que habría motivado competencia mediática entre los hermanos y sus familias.