La realeza trajo el primer árbol de Navidad a México
Aunque si bien es cierto que no nacieron en el país y su gobierno fue resultado de una intervención extranjera (la de la Francia de Napoleón III), los únicos emperadores de América Latina, parte de la realeza europea, Maximiliano de Habsburgo y Carlota de Bélgica trajeron a Tierra Azteca el primer árbol de Navidad.
Fue en diciembre de 1864 cuando la aristocracia nacional se maravilló con los adornos que fueron puestos en las ramas de un monumental pino, colocado en el el único Castillo Monárquico del continente (el de Chapultepec), como parte de los festejos para celebrar la natividad.

Siempre dispuestos a emular las costumbres que más la atraen, la alta sociedad mexicana pronto siguió el ejemplo de la pareja imperial y en 1865, con permiso el permiso de la emperatriz que estaba de luto por la muerte de su papá, Leopoldo I de Bélgica, varias casas y el alcázar se engalanaron con el arbolito.
Ya para 1866 no está claro si se siguió colocando, ya que el primer imperio mexicano había sido derrocado y en 1867 es seguro que no, ya que el emperador Maximiliano había muerto fusilado en Querétaro meses atrás, por lo que la gran mayoría de las costumbres imperiales fueron desdeñadas.

El regreso triunfal de la costumbre
Luego de que se perdió la tradición, tras el abrupto final de la "familia real mexicana", fue el enemigo público número uno de Porfirio Díaz el que logró que renaciera la costumbre y se mantenga hasta nuestros días; el general Miguel Negrete colocó en su casa un pino con luces, heno y 250 regalos para cada invitado a su cena navideña.
Los más in del 2022
Luego de revisar la historia de la llegada del característico pino al país, ahora hay una nueva tendencia entre las celebs, en un momento en el que ser eco friendly va más allá de una moda y es una urgencia mundial, la Navidad también puede hacerse respetando al ambiente.