Este miércoles R. Kelly ha sido condenado a 30 años de cárcel por tráfico sexual y asociación con el crimen organizado en el marco de un juicio que ha supuesto la primera victoria legal relevante para las decenas de víctimas que llevan una década compartiendo sus testimonios acerca de los crímenes del rapero.
Así sería la vida de R. Kelly si algún día sale de la cárcel
El rapero fue condenado a 30 años de cárcel y aún tiene pendiente otro juicio en Chicago.
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En la rueda de prensa posterior su abogado insistió una vez más en que presentarán una apelación, pero la dureza de la sentencia, sumada al otro juicio en Chicago al que se enfrenta en agosto por grabar pornografía infantil, apuntan a que el músico estará entre rejas al menos hasta que sea un octogenario.
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Incluso tras una hipotética puesta en libertad, la estrella del R B seguiría obligado a apegarse a una serie de condiciones impuestas por la jueza esta semana, que incluyen acudir a terapia por un trastorno sexual no especificado e informar a todas las personas con las que pueda convivir en un futuro de que aparece en el registro de delincuentes sexuales.
Tampoco podrá relacionarse con menores de 18 años, a no ser que se trate de un familiar o que la interacción se produzca en un ambiente médico bajo la supervisión de otro adulto. En cualquier de esos dos casos, Kelly debería informar de antemano al supervisor de su libertad condicional.
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Todas estas medidas se han implementado porque, a ojos de la justicia, el artista sigue siendo un peligro para la sociedad, como demostraría el hecho de que siguiera abusando de mujeres y niños incluso después de enfrentarse a un primer juicio en 2014 en Illinois, en aquella ocasión por una docena de cargos por posesión de pornografía infantil.
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