¿Cómo fue para ti mudarse a España para grabar Días mejores durante estos tiempos difíciles de pandemia? Además del trabajo, ¿qué ideas cruzaban por tu mente?
Fue una de las decisiones más difíciles para mí. Alejarme cinco meses de mi familia, de mis hijas y de mi esposa e irme tan lejos. El cambio de horario complica mucho la comunicación, pero era un proyecto importante y eso me tenía muy contento. Fue un periodo difícil para España, en la producción nos hacían los tests cada tres días y había mucho cuidado con el tema de los contagios. Pero al estar solo me salieron muchas ideas de otros proyectos, aparte de la actuación.
¿Tu familia te acompañó en España o estuviste solo todo el tiempo?
Me fui solo, pero afortunadamente coincidió con el verano. Mis hijas tenían vacaciones y pudieron pasar dos meses conmigo y yo vine dos fines de semana. Karla (Guindi, su esposa) fue otro. Así fue durante cinco meses, pero sí fue lo más duro de este proyecto el estar aislado todo el tiempo.

La serie Días Mejores plantea temas como la muerte, el duelo y relaciones humanas de una forma que no habías abordado en otras historias en el pasado. ¿Cómo fue ponerse en los zapatos de este personaje?
Fue una historia en la que hubo mucho trabajo con los directores y el elenco en general. En la serie hay una psicóloga, que es la actriz Blanca Portillo, con cuatro casos distintos de papás que perdieron a su pareja. En la primera terapia que se grabó fue en frío, sin ensayar, nos sentaron, nos metieron al set. Cada quien escogió su lugar donde se iba a sentar su personaje y fue muy real y cada quien fue exponiendo su personaje. Fue muy interesante el proceso, muy vivencial. Creo que ha sido de los proyectos a los que más les he aprendido.
