"Este kiosco morisco estaba en la Alameda de mi barrio, donde todos los fines de semana andaba yo en bicicleta, hacíamos picnic en el césped y comíamos paletas heladas de vainilla y pasas en la esquina. ¡Son recuerdos tan vívidos y maravillosos de mi infancia en mi maravillosa colonia la Santa María La Ribera!", escribió.
La cantante explicó que gracias a que creció en dicho barrio, ella logró escribir la canción, en donde habla de los sonidos que le dejaron en su pecho y los colores frescos como “las flores de enero”.
Reconoció que la canción tiene una letra poderosa que la llena de orgullo al reconocer de dónde viene, quién es hoy, y pensar en lo que le falta por recorrer.