El tres veces ganador de un gramófono dorado sigue creyendo que no se puede confiar en la organización de los Grammy y aconseja a sus compañeros de grabación que no interpreten este cambio como una victoria.
"La confianza se ha roto desde hace mucho tiempo entre la organización de los Grammy y los artistas, y sería imprudente levantar una bandera de victoria", declaró a Variety.