“Me encanta. Fíjate que desde que yo conocí a Lorenza, a la hija de Mau, en ese tiempo en que fui su madrastra que fueron estos, casi seis años, me acuerdo que, desde la primera vez, sabía perfectamente cómo estar en el lugar de ella; para mí, fue demasiado natural llevarme muy bien con ella y sabía perfecto cómo hacerla sentir bien, tranquila, o sea, como darle mucha seguridad”.
“Al haber estado en su lugar, al haber sido tantas veces hijastra, para mí era algo super natural y normal, yo nunca la vi a ella como un obstáculo, como una amenaza o como una competencia, para nada”, explicó.
Aislinn recordó que, incluso, le hizo mucha ilusión saber que Mauricio tenía una hija: “Cuando Mau me dijo ‘Tengo una hija adolescente’ fue como de '¡Ohh, qué emoción! Va a ser como verme a mí misma en esa etapa y yo poder tratar a esa niña como me hubiera gustado que me trataran a esa edad' porque tuve unas madrastras, no voy a decir nombres, que me trataron bastante mal, a pesar de que yo era buena onda con ellas”.