José José vivió una fiesta de cumpleaños muy especial en el año 2002, cuando quien fuera su asistente personal, Anathan Briss, logró reunir en un mismo lugar a las dos mujeres más importantes en su vida: Anel Noreña y Sara Salazar, así como a sus hijos José Joel y Marysol Sosa, quienes lo ayudaron a apagar las velitas del pastel.
La sede de la divertida reunión fue en el ya desaparecido restaurante La Curva, en donde Briss le organizó una celebración a su entonces jefe, que lo dejó más que contento por tener a todas las personas a las que amó en algún momento y a las que siguió amando hasta el último de sus días, sus dos hijos.
En aquella época estaban peleados Anel y José José, entonces ella no quería ir, pero le dije: ‘Vaya, aunque esté Sara, porque no quiero que el día que se nos vaya el señor, su conciencia esté intranquila’. Decidió ir y nos tomamos una foto juntos con el pastel. Lo festejamos en La Curva, un restaurante muy famoso que estaba en Palmas
Briss recordó muy emocionado que decidió pedirle a Noreña que acudiera, porque “la quiero mucho, entonces me respondió: ‘Tienes razón, tuve dos hijos con él, me convenciste y voy a ir’. Llegó y compartió en la mesa con Sarita la comida que ofrecimos, fue Marysol y Pepito también”.
Sin embargo, ese no fue el único cumpleaños que Anathan le festejó en grande a El Príncipe de la Canción, en otra ocasión lo hizo en el restaurante El Barroco, en donde también logró que grandes personalidades acudieran para abrazar y desearle lo mejor al fallecido cantante: “Llegó Marco Antonio Muñiz, Chamín Correa y le cantó Las mañanitas Julio Preciado.
“El lugar quedó chiquito, llegaron muchos amigos e incluso me dijo: ‘Otro día mejor me lo haces en el Estadio Azteca, señor Anathan’; ese día llegó Lupita D’Alessio y no había espacio para que se sentara, pero muy amable sólo abrazó y felicitó a José José. También estuvieron Marysol y Anel, así como todo el medio artístico”, abundó Briss.
Un hombre altruista
Anathan Briss acompañó a José José por una gira que tuvo en Sudamérica y fue en Guayaquil donde pudo comprobar la calidad humana que tenía el cantante, cuando sin pensarlo dos veces ayudó a una señora que necesitaba urgentemente una operación, que al final de cuentas, por su generosidad, le salió gratis a ambos.
“Era un humano divino, llegó una señora con un dolor en el estómago, que quería ver a José José para que fuera mediador, porque no la querían operar, porque no tenía dinero. El señor se estaba rasurando y alcanzó a oír, tiró el rastrillo, estaba en bata y le permitió entrar, la abrazó, le besó la cabeza y me dio órdenes de buscar el mejor hospital para operarla", comentó Briss.
El asistente orgulloso contó que “después fuimos a ver al director del hospital, para pagar la cuenta y él le respondió: ‘No señor José , al contrario, usted hizo algo muy altruista, un mexicano vino a poner el ejemplo, así que no va a ser nada’; así que le salió gratis a la señora, por medio del señor Pepe, aunque él la quería pagar”.
Anathan también compartió que durante el tiempo que estuvieron juntos, José José siempre era amable y no lo veía triste: “El señor se disfrazaba para salir de noche, se vestía como Pedro Navajas, con un gabardina y lentes oscuros; para evitar que lo reconocieran, sólo me señalaba la comida, pero no era por no querer convivir, sino para cenar a gusto”.
Briss también platicó lo buen esposo y padre que fue El Príncipe de la Canción con Anel, Pepito y Marysol: “Cuando llegaba a ir de viaje, a los niños les traía unos juguetes divinos y a la señora le traía sus pieles, porque le gustaban, había para todos, era muy dadivoso, incluso a mí me regalaba mil pesos para mi taxi”.