Ana Sofía Gatica habla con calma, escucha con atención las preguntas y se toma su tiempo para responder. Reconoce que cada proyecto ha sido un salto distinto. Hoy, ese salto se llama Pecados inconfesables, la serie que la colocó frente a un personaje intenso, contradictorio y profundamente humano: Livia. “Me sorprendí mucho… era un proyecto muy nuevo para mí y me emocionó y me dio mucho nervio”, recuerda sobre las primeras lecturas de guión.
En la piel de Livia encontró un reto que iba más allá del drama familiar. La actriz se detiene en un aspecto que, para ella, define no solo al personaje, sino también su forma de habitar la actuación: “El cuerpo puede ser un vehículo y un arma superpoderosa para contar historias”. En una serie que mezcla thriller, erotismo y suspense, ese principio se vuelve eje creativo.