‘No fue penal’, dicen Juan Villoro, Chema de Tavira y Martín Altomaro

De la autoría de Juan Villoro surge No fue penal: Una jugada en dos tiempos , una historia en torno al futbol y a dos figuras, Valeriano Fuentes y El Tanque, dos amigos y antiguos jugadores que, tras un trágico incidente en la Selección Nacional, se vuelven a encontrar 25 años después convertido uno en videoárbitro y el otro en entrenador, y aunque la cancha en la que se reúnen no es una donde se dispute un partido mundialista, la pasión por el futbol sigue viva en ambos.

Más que narrar la historia de Villoro, los actores interpretan y cuentan el relato, poniéndole el sabor que sólo quienes conocen el deporte y lo han vivido pueden darle a un par de personajes y situaciones como los que habitan en este universo sonoro que, más que ser un audiolibro, busca convertirse en una experiencia inmersiva con un diseño de audio lleno de capas y efectos que transportan al escucha hasta un estadio al que cada quien le pone dimensiones y colores, y que está disponible en la plataforma Scribd .

Para José María de Tavira, quien interpreta a Valeriano Fuentes, la promesa que vio truncada su carrera de futbolista y que ahora es videoárbitro, es una oportunidad de llevar a otro nivel su oficio de cuentacuentos, gracias a la tecnología y las características de este “experimento”, como él lo llama, que lo hacen pensar en cómo la cultura de la humanidad comenzó con un grupo de personas contando cuentos y mitos alrededor del fuego.

“Hay algo que es más primigenio, más primitivo y yo digo que mucho más valioso, que es el contacto con la voz humana, que quizás hemos perdido mucho. No es la misma experiencia que leer en silencio, sino que es la experiencia que alguien te cuente algo al oído”, contó en entrevista para Quién.

“Mientras que Juan nos expone muy bien estos dos personajes alrededor del balón de futbol, también creo que nos hace una espléndida radiografía de México, y lo que sucede en México es lo que produce este futbol que nos representa. Por supuesto que hablará bastante de la política, de la corrupción, de la violencia, de la fe recalcitrante que tenemos en este país, del amor, de la amistad”, añadió el actor.

Por su parte, Martín Altomaro recordó que las grabaciones de No fue penal se realizaron por separado, de manera individual, por lo que la emoción de este “juego” sólo pudo concluirse hasta que ambos actores pudieron escuchar lo que el otro había hecho con su parte de la historia.

“Fueron sesiones separadas de ensayo y de lectura con Tony Castro, nuestro director, y había de los dos lados, una emoción por conocer el desarrollo del otro proceso. Había una necesidad de saber cómo iban y cómo estuvo el ensayo. Una emoción muy chida de conocer cómo iba el otro lado”, señaló.

Juan Villoro aseguró que al escuchar su historia en voz de Martín y de Chema recibió un regalo extraordinario, ya que se convirtieron en los instrumentos que ejecutaban la “partitura” que él había compuesto.

“Una vez que ellos le dan vida, voz, ritmo, personalidad a los personajes, les agregan algo que no estaba en el texto. Para mí fue extraordinario poder ver a estos dos actores muy distintos, lo cual es muy significativo, porque se trata de dos personas realmente diferentes que cuentan dos versiones de la misma historia. Es maravilloso tener estos dos temperamentos de grandes actores interpretando, dándole vida a las palabras y apropiándose de ellas”, comentó el escritor.

Altomaro considera que a través de la historia de No fue penal, también se exploran aspectos profundos sobre las relaciones humanas y cómo nos comportamos en ellas.

Aparte, con su historia, Villoro expone la relación que todos ponemos tener con el futbol, incluso aquellos que se dedican profesionalmente a este deporte y que no necesariamente son verdaderos aficionados.

“Se puede ser figura del futbol sin ser un gran fanático del deporte. Yo tuve la suerte de tratar bastante a (Gabriel) Batistuta, el gran delantero argentino, que estaba dotadísimo para cualquier tipo de deporte y destacó maravillosamente en el futbol, pero que nunca fue un aficionado, no le gustaba.

“Y él me lo dijo claramente, porque estábamos compartiendo tareas de comentaristas. ‘Yo me la paso muy bien sin ver futbol. Los aficionados siempre saben más que yo de los partidos, incluso de mis propios partidos’. Hay protagonistas de la cancha que no son aficionados al juego, que ejercen de manera extraordinaria, y hay otros que son apasionados totales”, afirmó Villoro.

Algo similar sucede con los protagonistas de su historia. El Tanque, representado por Martín Altomaro, es un fanático del juego, es un tipo que vive para ver partidos, que siempre quiso estar cerca del juego porque tenía pasión por ese deporte. En cambio, el otro jugador que fue gran figura (Valeriano Fuentes, interpretado por Chema de Tavira) no tenía más que esa extraordinaria habilidad y un poco por las circunstancias se vio llevado a lo que significa ser uno de los grandes jugadores de futbol, y esas dos actitudes se contrastan dentro del partido que se narra en el audiolibro que está disponible en la plataforma Scribd .