Ha pasado algo de tiempo desde que venciste esta enfermedad, ¿qué te motiva a seguir en esta causa?
Nunca voy a dejar de sentir agradecimiento por cada día, por poder estar aquí casi 20 años después de que pensé que me iba a morir. ¡Esa es mi motivación!

¿Cómo has visto la evolución de este tema en la sociedad y los medios de comunicación?
Creo que ha habido un gran avance en la percepción de los mexicanos hacia el tema del cáncer de mama. Ahora lo hablamos con todas sus letras, las mujeres se atreven cada vez más a contar sus historias: ya no se esconden, con orgullo levantan la voz reconociéndose como mujeres que luchan. Muchas de ellas resultan vencedoras a un proceso de sufrimiento y desgaste físico. Confío en que las campañas de información de la Fundación CIMA, a lo largo de 18 años, han tenido injerencia en este cambio.
¿Cómo abordas temas complicados como éste con tus hijos?
Hablando de mi caso personal. Mis hijos saben perfectamente lo que me pasó: apoyan y honran el trabajo que ahora hago. Desde ahí debo ser congruente con la información que pregono.