La historia de amor de Carlos y Camila: entre bodas, divorcios y un funeral

Carlos, Camila, Diana… y Edward: ¿Felices los cuatro?

Una de las razones por las cuales el romance de Carlos y Camila no funcionó tras su primer encuentro se atribuye a que la actual reina de Inglaterra no cumplía con los “requisitos” que de manera formal o, incluso, tácita, se esperaban de una candidata idónea para ser la esposa del futuro rey. Los biógrafos y los medios británicos mencionan que Camila no era virgen cuando comenzó a salir con Carlos, que no pertenecía a un linaje aristocrático y que, aunque fue bautizada en la iglesia anglicana, luego de su boda con un católico, no se tenía certeza sobre su fe religiosa.

De esta forma, el romance de veinteañeros que protagonizaron llegó a su fin y Camila Shand (el nombre de soltera de la reina) se casó en 1973 con Andrew Parker Bowles, pero eso no significó que sus sentimientos por Carlos hubieran quedado atrás, por lo que a finales de los setenta retomaron su relación, aunque ahora eran “oficialmente” amantes.

De acuerdo con distintos reportes, Andrew Parker Bowles, el primer esposo de la reina Camila, estaba enterado de que ésta tenía un romance con el príncipe Carlos, pero que él se habría hecho de la vista gorda para no interferir en su affair con el futuro rey de Inglaterra. La cercanía entre los Parker Bowles con el tercero en discordia era tal que Carlos fue padrino de Tom, el primero de los dos hijos de Edward y Camila, quienes además son papás de Laura.

La situación se complicó cuando entró en escena Lady Diana Spencer, hija del conde de Spencer, con quien Carlos comenzó a salir para cortejarla y convertirla en su esposa y en madre de su heredero. Existen versiones que indican que el entonces príncipe de Gales buscó la aprobación de Camila para casarse con Lady Di y que ella estuvo de acuerdo.

Carlos y Diana se casaron en la que fue calificada como “la boda del siglo”, el 29 de julio de 1981, en la catedral de San Pablo en Londres, donde Lady Di llevó aquel dramático vestido de novia con su cola de más de siete metros de tafetán. La ceremonia fue televisada y vista por cientos de millones de personas en todo el mundo; pero aquel día, entre los presentes destacó una de las invitadas: Camila Parker Bowles, quien desafió la norma y fue vestida de blanco a la ceremonia, en la que estuvo acompañada por su hijo Tom, ahijado del novio.

La doble vida de Carlos y Camila

A mediados de la década de los ochenta, Carlos y Camila comenzaron a vivir dos vidas paralelas: la que mantenían junto a sus esposos y sus hijos (el príncipe William nació el 21 de junio de 1982 y el príncipe Harry, el 15 de septiembre de 1984) y la que tenían a escondidas y fue puesta en evidencia en los años noventa. Fue en 1993 cuando se dieron a conocer grabaciones de audio y transcripciones de las candentes llamadas que el entonces príncipe de Gales tenía con su amante y futura esposa.

En 1995, Edward y Camila Parker Bowles finalizaron su divorcio, después de más de dos décadas de matrimonio, pero luego de varios años de no vivir juntos y de no tener más intereses en común, ya que la relación de Carlos y Camila fue consolidándose y quedando cada vez más al descubierto. Al año siguiente, tocó el turno a los príncipes de Gales, la princesa Diana y el príncipe Carlos se divorciaron en 1996, luego de haberse separado cuatro años antes, en 1992, y de que en una entrevista transmitida en 1994 el futuro rey de Inglaterra reconoció que le fue infiel a Lady Di.

Por su parte, la princesa Diana ocupó todos los titulares después de dar ella misma una entrevista televisiva en noviembre de 1995, en la que lanzó una de sus frases más recordadas, según recuerda People: “Éramos tres personas en este matrimonio, así que estaba un poco lleno”. Con estas palabras, Diana dejó ver que durante mucho tiempo fue consciente de que su esposo tenía una relación con Camila y todo parece indicar que ella luchó por hacer funcionar su matrimonio (quizás al anteponer la institución real y la integridad de sus hijos por encima de sus propias necesidades) pero, al final, su matrimonio con Carlos terminó después de 15 años. Ella, sin embargo, también admitió en aquella conversación que tuvo una relación extramarital con James Hewitt.

Tras los respectivos divorcios de Carlos y Camila con apenas un año de diferencia, todo parecía indicar que era cuestión de tiempo para que su relación siguiera su curso y pasara la verdadera prueba de fuego, más allá de la del tiempo que –para entonces– era claro que no había hecho mella en los futuros monarcas. Se trataba de la aprobación de la reina Isabel II y del propio pueblo británico, que vivió un romance con la princesa Diana desde que tomó un lugar central en la agenda de la Familia Real británica y, sobre todo, cuando se separó del príncipe de Gales.

Tras el funeral de la princesa Diana vino la prueba de fuego para Carlos y Camila

El curso de la historia del príncipe Carlos y Camila Parker Bowles pasó a segundo plano en 1997 cuando el 31 de agosto de 1997 la princesa Diana (quien para entonces era pareja del millonario Dodi Al-Fayed) perdió la vida tras sufrir un accidente automovilístico en París. El mundo entero lloró la muerte de Lady Di y la Familia Real, encabezada por su ex suegra, la reina Isabel II, tuvo que hacer frente a la tragedia: la madre del príncipe William, quien en aquel momento era el segundo en la línea de ascensión al trono, había muerto.

Sería hasta enero de 1999 cuando Carlos y Camila harían su primera aparición pública, al salir juntos de la fiesta de cumpleaños de Annabel Elliot, hermana de la futura reina. Sin embargo, en el año 2000, un pequeño gesto de Isabel II, quien asistió a un almuerzo en el que estuvo su hijo y su pareja, fue interpretado como la aceptación de la monarca de la nueva vida del príncipe de Gales con su futura esposa; 30 años después de su primer encuentro.

El 9 de abril de 2005, Camila, duquesa de Cornwall (título que le otorgó Isabel II al casarse con su hijo), sonreía e irradiaba la alegría de una veinteañera ilusionada con el día de su boda sin importar que, para entonces, tenía 58 años. La reina y su esposo, el príncipe Felipe, duque de Edimburgo, asistieron a la ceremonia de bendición del matrimonio del príncipe de Gales y Camila y ofrecieron después una recepción en su honor. Sin embargo, el verdadero reconocimiento vino 17 años después, cuando la monarca comunicó a sus súbditos su deseo (o, mejor dicho, su designio) de que, llegado el momento, quería que su nuera fuera reconocida como Reina Consorte. La reina Isabel hizo este anuncio el 5 de febrero de 2022, siete meses antes de morir.

El 3 de mayo de 2023, ya convertidos en monarcas del Reino Unido, el rey Carlos III comunicó a su pueblo el cambio de título de su esposa, quien dejó de ser Reina Consorte para ser conocida y llamada en adelante la reina Camila, un título que –evidentemente– él le había otorgado desde mucho tiempo atrás.