Una de las peticiones de Meghan que debía seguirse al pie de la letra, era que no grabarle los pies. En 2018, durante su visita a Nueva Zelanda, en la bienvenida maorí a la que asistió, el protocolo decía que tenían que quitarse los zapatos, así que, sin más opción, lo hizo.

En ese momento, fue posible apreciar una cicatriz lateral que corresponde a una cirugía, para corregir una deformidad, mejor conocida como juanete, e inevitablemente, fotógrafos de todo el mundo captaron la razón para ocultar sus pies.